Transmedia es un término muy llevado y traído en conferencias de comunicación, tecnología, nuevos modelos de negocios y medios. Sin embargo, el concepto y el -ya ni tan- reciente nacimiento aún causa confusión. Me gustaría aclararlos largo y tendido en un post, pero prefiero trabajar una tesis a cerca de eso, mientras les dejo una reseña de un libro que nos explica la Transmedia dentro de la cultura.
“Si no se propaga, está muerto”. En esta frase se fundamenta el libro Cultura Transmedia; la creación de contenido y valor en una cultura en red de Henry Jenkins, Sam Ford y Joshua Green.
El libro es una investigación sobre cómo se propagan los contenidos a través de la red. El texto ayuda a entender cómo es que los videos, memes, parodias, finales alternativos de las series o películas y hasta movimientos sociales se vuelven virales. Los siete capítulos que conforman el libro nos llevan de la viralización, a los nuevos modos de consumo, de la apropiación del contenido, a la cultura participativa.
Mención aparte tienen los capítulos que nos describen la batalla entre los generadores de contenido –editoriales, disqueras, productoras de cine– con los fans que alteran sus producciones, ¿esto es piratería o una forma de generar ganancias para los productores? Según los autores “el contenido que se encuentra en la red, ya no les pertenece”. Estas prácticas que modifican y expanden nuevos productos no tienen valor, sino más bien una valorización que cada prosumidor le otorga.
Todos los temas son ejemplificados con casos que la mayoría conoce. Es decir, ¿quién no identifica las series Lost, Walking dead o la telenovela Marimar? ¿Quién no vio a Susan Boyle cantando I Dreamed a Dream en Britain’s got talent? Ya sea en un video en YouTube o en un noticiario, pero lo vimos, se propagó. Merecen atención especial los movimientos sociales basados en la Cultura Transmedia, como en las manifestaciones organizadas por jóvenes palestinos que protestaron en contra de la construcción del muro en Cisjordania vestidos como los personajes de la película Avatar.
Las conclusiones a las que llegan Jenkins, Ford y Green, proponen una cultura más democrática que le concede al público algo que nunca había tenido, “un rol fundamental en la toma de decisiones a todos niveles”, lo que provoca que la industria cultural se modifique de acuerdo con las necesidades de cada receptor.
El libro, Cultura Transmedia, se realizó por académicos del Consorcio de Cultura Convergente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT); sin embargo, es adecuado para cualquier lector, ya sean profesores, alumnos de comunicación o personas interesadas en comprender las nuevas dinámicas de la red; por supuesto, cada lector se apropiará del contenido y quién sabe, quizá, pueda terminar propagándose.
Si vivieron en una cueva y no saben quién caramba es Susane Boyle…
La reseña original fue publicada en la Revista Zócalo en su ejemplar de julio, en donde, hasta el día de hoy colaboro mensualmente.
Gracias por seguirme, leer y compartir.
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