Qué chingón país, que mierda de gobernantes: Tito de Molotov
Había extraviado la sensación que se genera al entrar a un lugar con cientos de cuerpos desconocidos en donde te rozan, empujan, pisan y hasta escupen.
Faltan dedos para contar las historias que recordé, las que viví y las que debería de contar, pero últimamente escribo 8 horas al día, no es para presumir, pero sí para considerar. Por eso, quizá sea mejor ofrecer otra cosa que también me encanta hacer y desde hace mucho no hacía, y no, no es ir a conciertos a bailar slam sino presumir mis fotografías.
En este video no se nota, pero la nostalgia de los 90`s se pudo acariciar… como la plata en gelatina. (gracias a quien lo grabo mientras yo cerraba los ojos y gritaba).
Llegué a un terruño, era obvio que no era el mío. Por eso pisaba con cuidado y no miraba a nadie a los ojos, para ser claros, imité el ritual que sigue el león joven al entrar a la manada de cazadores.
El olor era intenso, la hierba que se consume en ese terruño no era la que se consume en mis tierras. Igual apesta.
El sonido tiene rebotes en las paredes que no existen y me preguntó si alguien se tomó la molestia de pensar en que, dos torres de sonido nunca van juntas.
La tierra me molesta y se pega a una playera que ni es de rock, ni es negra, ni dice “Puto“. Me excuso diciendo que yo ni quería ir, que me llevaron porque no tenían quién manejara y sabían que yo haría una hora y media a un destino de cuatro.
La cerveza es oscura y tiene un precio justo para la gente que no la paga. Bebo una, dos, tres y luego voy a formarme a una fila de 15 minutos para tirar lo que ya me bebí. Mi vejiga sabe que no aguantará, mi espíritu sabe que nadie me conoce y ciertamente me siento tan libre que no me importa, así que busco una pared y ahí devuelvo a la tierra lo que siempre le perteneció.
Y así el concierto que no acaba y ya hace frío. Y así el concierto que me impulso a comprar unos boletos para el “Cosquin rock“, “Vive Latino” y el “rock pa´l norte“. Y así el concierto que me regresó a la vida que me gusta. Y así con las fotografías, la música, la resistencia y los grupos que parecen no acabarse.
Como dice un amigo, “los mismos grupos, diferente lugar”. Lo cierto es que el rock nos une o igual y ya ni tanto.
Gracias a mis nuevos seguidores. Ya son bastantes. Espero publicar más seguido.
Saludos a todos, dejen sus comentarios, compartan y no olviden pasar a las otras entradas. Felices fiestas.
Gracias por seguirme, leer y compartir.
Otros cuentos
Otras Reseñas
Otras Fotohistorias