Nací en 1987 y mi primer recuerdo es un martillo, la llanta de una bicicleta y muchas tachuelas clavadas a ella.

Ya lo dijo un viejo sabio:  bebí para ahogar mis penas, pero las condenadas sabían nadar.

• Señor toque esa en donde Pedro Infante llora…
• ¡Ah! la de Panteón Rococo
• Ándele esa.

¿Qué nunca dejan de pasar personas en la catedral?

Me gusta ver la falsedad en los ojos de las personas, es una cualidad universal que todos reproducimos, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.

Muchas personas deberían de llamarse Tequila… saben mentir muy bien.

Ese niño no solo va corriendo, sino gritando por su madre, lo espanté… es que estaba estaba muy borracho…

Hay un cuervo en el patio del hotel donde me hospedo, me mira en las noches y sabe que me escondo, presiento que me delatará, presiento que sabe lo que pienso. Sé que me delatará porque ya sabe lo que tengo en mi mente.

La Ciudad de los Palacios fue construida sobre un espejo que se rompe en cada atardecer. Una agüita que ya no aguanta tanta gente ¡ay corazoncito te hundes poco a poquito!

Existen seres que no mienten.

Deja la idea de que todo tiempo pasado fue mejor no te quedes atrapado en el espiral de tiempo y espacio que te arrastras hasta el final, porque ahí te quedarás mirando como pasa lo nuevo y lo más nuevo y lo que vendrá después de eso, créeme, no querrás bailar en Reforma.

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Gracias por seguirme, leer y compartir.

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Carlos Alberto, Cortés Torres